TARTA TRES CHOCOLATES
TARTA DE FRUTAS
TARTA DE MANGO
CALABAZA FRITA
CUAJADA
TACOS DE SALMONETE
CARRILLADA CON DÁTILES Y PASAS DE LA AXARQUÍA
ROSAS DE HIGO Y MANZANA
JURADO POPULAR ELEGIDO DE UNA PARTE, MIEMBROS DE LA ASOCIACIÓN, MIEMBROS DEL AYUNTAMIENTO DE LA LOCALIDAD Y ASISTENTES AL EVENTO.
MARIBEL LAGOS SIEMPRE COLABORANDO ACTIVAMENTE CON LA ASOCIACIÓN CON SU YA TRADICIONAL MERCADILLO, TODOS LOS FONDOS RECAUDADOS SON DONADOS INTEGRAMENTE A LA ASOCIACIÓN CULTURAL BAÑOS DE VILO-LA NEGRA.
MEJOR PLATO DE LA AXARQUÍA "CARRILLADA CON FRUTOS DE LA AXARQUÍA": MARIBEL LAGOS MORENO
PLATO MÁS ORIGINAL "ROSAS DE HIGO Y MANZANA": CLAUDIA ORTIGOSA MARTÍN
MEJOR POSTRE "TARTA DE MANGO": VANESA FERNÁNDEZ LUQUE
ACTO SEGUIDO ISIDRO FRÍAS NOS DELEITÓ CON UNO DE SUS ROMANCES PREFERIDOS EL CUAL OS RECUERDO A CONTINUACIÓN.
PENAS Y ALEGRÍAS DEL AMOR
Mira como se me pone,
la piel cuando te recuerdo,
por la garganta me sube
un río de sangre negro,
de la herida que atraviesa,
de parte a parte mi pecho.
Tengo clavos en mis manos
y cuchillos en los dedos,
y en las cienes una corona
hecha de alfileres negros.
Mira como se me pone la piel,
cada vez que te recuerdo,
que soy un hombre casado,
y sin embargo te quiero.
Desde a tu casa a mi casa,
hay un muro de silencio
de hortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madre selvas oscuras,
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca,
lo pueda saltar el pueblo,
que está rodando la llave,
que guarda nuestro secreto.
Y yo se bien que me quieres,
y tu sabes que te quiero,
y lo sabemos los dos,
y nadie mas debe saberlo.
Hay que alegría y que pena,
quererte como te quiero,
cuando por la noche a solas,
me quedo con tu recuerdo.
Derribaría la pared,
que separa nuestros sueños,
romparía con mi mano,
de tu cancela los hierros.
Por tal de verme a tu lado,
tormento de mis tormentos,
y después que se me diera,
quedarme en tus brazos muerto.
Nuestro amor es agonía,
angustia, llanto, miedo,
pena, sangre, luna,
rosa, sol y viento,
es morir a cada paso,
y seguir viviendo luego.
Con espada de punta,
siempre pendiente del techo,
salgo de mi casa al campo,
siempre con tu pensamiento.
Para acariciar a solas,
la tela de aquel pañuelo,
que se te cayó el domingo,
cuando venías del pueblo.
Y que no te he dicho nunca,
mi vida que yo lo tengo,
y lo estrujo entre mis manos,
lo mismo que un timón nuevo,
y miro tus iniciales,
y las repito en silencio,
para que ni el campo sepa,
lo que yo te estoy queriendo,
la piel cuando te recuerdo,
por la garganta me sube
un río de sangre negro,
de la herida que atraviesa,
de parte a parte mi pecho.
Tengo clavos en mis manos
y cuchillos en los dedos,
y en las cienes una corona
hecha de alfileres negros.
Mira como se me pone la piel,
cada vez que te recuerdo,
que soy un hombre casado,
y sin embargo te quiero.
Desde a tu casa a mi casa,
hay un muro de silencio
de hortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madre selvas oscuras,
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca,
lo pueda saltar el pueblo,
que está rodando la llave,
que guarda nuestro secreto.
Y yo se bien que me quieres,
y tu sabes que te quiero,
y lo sabemos los dos,
y nadie mas debe saberlo.
Hay que alegría y que pena,
quererte como te quiero,
cuando por la noche a solas,
me quedo con tu recuerdo.
Derribaría la pared,
que separa nuestros sueños,
romparía con mi mano,
de tu cancela los hierros.
Por tal de verme a tu lado,
tormento de mis tormentos,
y después que se me diera,
quedarme en tus brazos muerto.
Nuestro amor es agonía,
angustia, llanto, miedo,
pena, sangre, luna,
rosa, sol y viento,
es morir a cada paso,
y seguir viviendo luego.
Con espada de punta,
siempre pendiente del techo,
salgo de mi casa al campo,
siempre con tu pensamiento.
Para acariciar a solas,
la tela de aquel pañuelo,
que se te cayó el domingo,
cuando venías del pueblo.
Y que no te he dicho nunca,
mi vida que yo lo tengo,
y lo estrujo entre mis manos,
lo mismo que un timón nuevo,
y miro tus iniciales,
y las repito en silencio,
para que ni el campo sepa,
lo que yo te estoy queriendo,
hay que alegría y que pena,
de nuestro amor en silencio.
Ayer en la plaza nueva,
mira no vuelvas a hacerlo,
te vi besar a un niño,
a mi niño el mas pequeño.
Y como lo besarías,
Ay! Virgen de los tormentos,
que fue la primera vez,
que a mi me diste un beso.
Llegué corriendo a mi casa,
alcé mi niño del suelo,
y sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
de su boca de amapola,
mordió mi boca tu beso.
Mira, pase lo que pase,
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío,
lo pisoteen por el suelo,
aunque la tierra se hunda,
y aún cuando lo sepa el
pueblo,
y ponga nuestra bandera,
de amor a los cuatro vientos,
sígueme queriendo así,
tormento de mis tormentos,
Ay! que alegría y que pena,
quererte como te quiero.
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