sábado, 2 de julio de 2011

Los niños herniados y la mimbrera por D. Segundo Pascual Toledo.




LOS NIÑOS HERNIADOS Y LA MIMBRERA

Las hernias inguinales son muy frecuentes en los niños. Suelen aparecer en la ingle o en el escroto. En nuestra comarca—y también en otras muchas—tenían los antiguos una manera muy singular de curar esta dolencia. La sanación se hacía pasando al niño o a la niña ( era más frecuente en los varones) por la mimbrera en una noche del 24 de junio, Día de San Juan. En nuestra comarca existen, especialmente en los arroyos y humedales, muchas de estas mimbreras. Este, como todos sabemos, es un árbol muy ligado en otros tiempos a las labores de artesanía
Cuando un niño padecía una hernia inguinal, es decir, tenía ” una quebracía”, como habitualmente la llamaban, se pasaba por la mimbrera el Día de San Juan. Para que el rito surtiera los efectos deseados en la curación del niño eran necesarios “ cuatro juanes” y “ cuatro marías “. Con la antelación suficiente, una rama de la mimbrera era hendida o abierta en canal, dándole forma de arco, para que el niño pudiera pasar de un lado a otro con facilidad a través de la misma.
Allí se reunían ” los juanes y las marías” ( el número solía variar de unos lugares a otros) para proceder al rito en el Día de San Juan, a las doce de la noche, que es justamente cuando comienza esta festividad. Yo recuerdo haber asistido personalmente en mi niñez a uno de estos ritos en favor de un pequeño. Tuvo lugar en el llamado arroyo de Lavaderas, donde existen muchas de estas mimbreras
El rito era el siguiente: “las marías” se colocaban a un lado de la mimbrera abierta y “los juanes”, a otro. Una María cogía al niño y se lo pasaba a un Juan a través de la abertura, diciendo al mismo tiempo: “Tómalo Juan”, y éste contestaba : “Yo lo recibo , María.” Y viceversa : “Tómalo, María”, y ella respondía : “Yo lo recibo, Juan”. Simultáneamente añadían ; “ quebrao te lo entrego y sano me lo has de dar”. Y así alternativamente, varias veces.
Después se cerraba la hendidura abierta en la mimbrera con una ligadura de hilo o algodón. Se tenía como un buen augurio el que ésta se consolidara y sanara pronto. Lo mismo sucedería al niño herniado. Hay que tener en cuenta que, según los pediatras, las hernias infantiles suelen sanar espontáneamente en la mayoría de los casos…Este era, salvo pequeñas variaciones, el llamado “ rito de la mimbre” para la sanación de niños herniados o más comúnmente “ quebrados”..
Mientras, la madre del niño permanecía en casa y lo recibía diciendo: “ Dame el niño, que bueno está—porque Dios lo quiso—y el señor San Juan”.



Segundo PASCUAL TOLEDO
02/07/2011.

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